lunes, 9 de febrero de 2015

POEMA 006

Dos miradas uno a uno encontradas
el incómodo silencio atormentaba.
Dijo uno: callo para amarte si tu me amas.
Dijo el otro: mi amor no necesita palabras,
y fundidos en abrazo en silencio gritaban
– ¡Cuanto te quiero! ¡Cuanto me amas!

Del cielo de un azul etéreo dos luceros se veían.
Llegaba la noche, se iba el día.
Te regalo mi estrella, decía.
Te regalo la mía. respondía.

Así en la luz eterna de dos satélites
dos almas se amaban,
y recostados en silencio gritaban:
– ¡Cuanto te quiero! ¡Cuanto me amas!

Se hizo el cielo abrazados en silencio,
silencio, calla y préndete en deseo,
solo ama, solo mima.
únete osea estructura mía
de piel seda que acaricia
entrégame tu luz divina.

así en el dimorfismo del plebeyo y ama miro sus ojos
y dijo: ¡oh! ¡Cuanto te quiero! ¡Cuanto me amas!
Me lo dijo el silencio.
Me lo dijo tu mirada.


Miguel Tapia

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